Hablar de
pensamiento liberal en Colombia es similar a hablar de un cabal cumplimento de
las tesis marxistas, o como afirmar una secularización real del poder político.
Todo esto no deja de ser una cuestión de tipo meramente formal pero nunca real: la disociación histórica
entre teoría y praxis es una enfermedad peligrosa que ataca con rigor la salud
de nuestras sociedades. Entendido el liberalismo como un sistema “filosófico, económico
y político” es conveniente subrayar que en nuestro país al igual que en América
Latina, nunca ha tenido NADA de filosófico. Hay que otorgarle más bien el rol
de ideología y achacar a esa condición el fracaso de la aplicación de sus tesis
en las “democracias suramericanas”. Por ejemplo, en Colombia la separación de
poderes, una intensión iniciada por
Voltaire en Francia, jamás ha ocurrido materialmente. Este principio de la ideología
liberal ha sido ajeno a toda la historia del Estado de derecho, peor aún, al
Estado Social de derecho colombiano. Pero suena a verdad de Perogrullo pensar
la correlación de sus principios, por ejemplo, en lo relacionado con la
protección de los derechos humanos, o con la llamada democracia participativa,
o con la igualdad de cada ciudadano ante la ley, o con la falsa neutralidad del
Estado, en fin, con cada uno de los postulados que deberían asegurar la
libertad plena del individuo expresada en sus llamados derechos civiles y
políticos. Al ser una ideología trasplantada
en territorio nacional, no está pensada para medirse a la cantidad de dificultades
que presenta un pueblo lleno de contrastes étnicos, sociales y culturales. Observemos:
primero se nos hizo confesionales, es decir, adoptamos una religión ajena;
luego se nos pretende hacer liberales sobre la base de una oposición a esa misma
religión para tener un Estado laico.
B .Inexistencia de garantías reales
en derechos civiles y políticos, detrimento
de derechos humanos
C .Capitalismo: guerra de
todos contra todos, monopolios, elitismo, pobreza social extrema
D. Clientelismo político,
autoritarismo, oligarquía colombiana
E .Intolerancia a las minorías,
etnicidades y a la autonomía cultural.
F. Declaraciones antagónicas
por parte del partido liberal colombiano a los auténticos principios del
liberalismo que nunca se han visto en la praxis p olítica de sus dirigentes.
G .El liberalismo colombiano NO EXISTE
materialmente, sólo formalmente. Es una ideología “trasplantada” y de ahí el fracaso y la confusión histórica del país. La confusión empieza desde que los ibéricos nos trajeron
su catolicismo y junto a él todos sus vicios políticos. Por lo tanto, lo que
hay que hacer es repensar las bases de las ideas políticas que asumimos como
nuestras y pensar no en una política hecha PARA nosotros, sino en una política hecha
CON nosotros.
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